
A no ser que vivas en un lugar donde hace calor todo el año y donde jamás llega el frio o la nieve, el problema de caminar sobre hielo y la posibilidad de resbalarte resulta de gran preocupación.
De hecho, puede haber casos en los que dependiendo de la caída, podrías ser arrastrado por el hielo calle abajo, con todo el peligro que eso supone. Y nadie quiere eso.
Y es que en invierno es totalmente normal que, debido a las bajas temperaturas y a las heladas, lo que resultaba un simple paseo puede convertirse en todo un peligro para nuestra salud.
Sin ir más lejos, no es raro que en época de muchas heladas, la gran mayoría de las urgencias acaben colapsadas por gente con fracturas y lesiones provocadas por caídas en hielo.
Aunque parezca mentira, las caídas debido a la nieve y al hielo generan lesiones importantes a miles de personas todos los años.
Qué implica caminar sobre Hielo
El mero hecho de andar es un acto totalmente involuntario y que las personas damos por sentado.
En el caso de andar significa que a cada paso que damos nos salvamos de caer al suelo gracias al siguiente paso que hemos preparado.
Sin en embargo, es la gracias a la fricción que existe entre el propio suelo y tus zapatos lo que hace que andar nos resulte tan sencillo.
En el momento en el que está fricción se pierde o se ve alterada nos encontramos con casos donde ya no somos capaces de mantenernos de pie y guardar el equilibrio.
Por lo que lo normal es terminar en el suelo bruscamente.

6 Mejores consejos para caminar sobre Hielo y Nieve
1. Camina Despacio y con paso firme
La fuerza hacia delante y hacia atrás que nos impulsa y nos mueve a la hora de caminar es también esencial a la hora de pisar el hielo.
Por ello que es importante reducir esa fuerza lo máximo posible para conseguir mayor estabilidad a la hora de caminar, especialmente cuando hay peligro de que la fricción se vea comprometida, como es nuestro caso.
Lo importante es que intentemos mantener la fuerza y el balanceo lo más vertical posible, reduciendo al máximo los movimientos rápidos y bruscos, ya que esa es exactamente la parte que necesita la fricción.
2. Da pasos más cortos
¿En qué se traduce reducir la fuerza que aplicamos hacia delante y hacia atrás en la práctica? En dar pasos más cortos.
Cuando damos unos pasos más cortos, la fuerza que aplicamos hacia delante y hacia atrás se ve reducida considerablemente.
Es por ello que de esta forma adaptamos mejor nuestro cuerpo a la mayor o menor fricción que nos de la superficie helada en cuestión.
3. Evita la Nieve y el Hielo derretidos
Lo resbaladizo que puede resultar el hielo va a depender en gran medida de su temperatura.
Y es que el hielo resulta mucho más resbaladizo en temperaturas más cálidas mayores a 0ºC o más, cuando el hielo empieza a derretirse.
Esto se debe a que el hielo lo forman moléculas de agua cuyo comportamiento varía con la temperatura. En temperaturas más cálidas, estás moléculas están en un estado más “libre”, lo que puede conseguir que un hielo de por sí resbaladizo lo sea aún más.

4. Evita las pendientes y las escaleras siempre que puedas
Tienes que tener siempre presente el tipo de superficie sobre el que vas a pisar. No es lo mismo un camino largo y llano que una pendiente pronunciada hacia abajo.
En el caso de las pendientes, tu propio peso puede ser el que te haga caer hacia la bajada de la pendiente, independientemente de la estabilidad que puedas tener.
Hay que tener presente siempre la fuerza de la gravedad, y que vamos a estar siempre a su merced.
Las escaleras pueden ser un enemigo aún más peligroso, por eso es siempre aconsejable evitarlas cuando sea posible.
En el caso de que tengas que usar unas escaleras en estas circunstancias, agárrate siempre a los pasamanos o a la barandilla para dar unos pasos más seguros y estables.
5. Mantente atento a posibles cambios en las superficies
Es posible que creas que estás andado tranquilamente en un camino llano y sin hielo, y sin darte cuenta pises una pequeña placa o zona helada.
Es por ello que siempre es aconsejable mirar hacia dónde pisas para no llevarse ningún susto innecesario.
6. Lleva los zapatos adecuados o usa Crampones o Suelas de agarre
No hay que olvidar los beneficios de utilizar un calzado adecuado para la nieve y el hielo. Es importante tener en cuenta el material del calzado, preferiblemente con suelas de goma.
Sin embargo, es muy posible que no contemos en nuestra casa con ningún calzado específico de este tipo, como puede ser lo normal.
Incluso llevando un calzado más adecuado, es imposible eliminar totalmente los riesgos de resbalones y caídas.
Es por eso que, si lo que buscas es un extra de seguridad y estabilidad te recomendamos que busques unos Crampones que se adapten a tu calzado, y que te permitan caminar sin ningún tipo de peligro.
Incluso hay otras opciones para tu calzado, como las Suelas de agarre para el hielo, que te brindarán una sujeción extra sin que resulten tan aparatosas como unos crampones.
Existen opciones muy económicas para comprar unos buenos crampones o suela especializada. Su mayor ventaja es que puedes añadirlo tu calzado normal y conseguir una protección profesional sin gastarte un dineral en unas botas o calzado especializado, lo que las convierte en una opción muy cómoda.
7. Utiliza un cordel alrededor del calzado para mejorar la fricción
Un remedio casero que podrás utilizar en cualquier momento sin necesidad de ningún equipamiento especial es algo tan sencillo y fácil como atarse un cordel o un cordón alrededor del calzado.
Con esta solución fácil y rápida de andar por casa mejorará significativamente la fricción en cada pisada, consiguiendo una mayor estabilidad y evitando posibles resbalones extra.
Lo único que necesitas es un cordel o un cordón de cualquier otro zapato para seguidamente atarlo alrededor de tu calzado de forma segura.

¿Puedo caminar sobre hielo si necesito bastón o muletas?
La respuesta es SÍ. Aunque pueda parecer un riesgo innecesario, lo cierto es que a pesar de necesitar un bastón o unas muletas para caminar, no debe suponernos un impedimento para no salir de casa en todo el invierno.
De hecho, con el equipo adecuado, puede resultar incluso más seguro caminar con la ayuda de una muleta o un bastón para ganar estabilidad, incluso en el hielo.
Sin embargo, para que sea realmente seguro es necesario que tu bastón o muletas estén realmente preparados para no resbalar sobre el hielo.
Para estas ocasiones existen los Crampones para bastón o muleta. Consisten en un pequeño accesorio que, colocado en la parte inferior de nuestras muletas o bastón, le brindara una increíble protección contra el hielo y la nieve.
De esta forma podrás mantenerte siempre estable confiando en que tu bastón o tus muletas van a aguantar tu peso sin posibilidad de que resbalen en ningún momento.

¿Qué hago si me caigo?
A pesar de todos nuestros esfuerzos, es posible que por una mala pisada o un resbalón desafortunado, acabes en el suelo a pesar de todo.
Es por ello que siempre tienes que estar preparado para este tipo de situaciones.
A la hora de la caída, se recomienda que evites estirar brazos y piernas en el momento de la caída.
Lo aconsejable es que caigan tus piernas y muslos primero, después la cadera y finalmente los hombros.
Por último, recuerda mantener tu cabeza y cuello hacia delante en todo momento, para evitar golpearte el cráneo contra el hielo.
