10 Tips para Practicar Senderismo Cómodamente y Disfrutar de la Montaña
10 Tips para Practicar Senderismo. MANIL RAGA. Club Senderismo de Valencia
Todos hemos tenido una primera vez en esto de andar por la montaña; unos más afortunados empezaron a caminar por el monte con gente experimentada, otros han ido aprendiendo de la experiencia acumulada jornada tras jornada, y otros (entre los que me incluyo), lo hemos hecho a base de una mezcla de ambas cosas.
Compartir una ruta de montaña con gente más experimentada que nosotros es algo altamente gratificante y recomendable, no sólo por el propio disfrute de recorrer un paraje concreto en buena compañía, sino por lo altamente instructivo que es.
En nuestro caminar particular hemos ido aprendiendo: unas veces de compañeros que nos contaron sus “trucos”, otras veces por sentido común, y en otras ocasiones mediante alguno de los múltiples cursos de formación y tecnificación en los que hemos participado.
Tenemos mucho que aprender, pero aún así, lo poco que sabemos lo queremos compartir con vosotros, con la esperanza de que algunos de los consejos que os daremos a continuación hagan más cómodo vuestro caminar por la montaña.
1.- Tu bebida siempre a mano.
Sí, lo sabemos, suena a bobada, “¿Cómo no voy a llevar mi bebida a mano?”, pero os sorprendería saber la cantidad de gente que para poder hidratarse necesita hacer un alto y quitarse la mochila.
A veces esta maniobra resulta engorrosa y acaban por dilatar en el tiempo el momento de beber.
Durante nuestras caminatas por la montaña la hidratación debe ser constante, de modo que no lleguemos nunca a tener sensación de sed. Si esto sucede, es que no estamos bien camel bagmochila camel hidratados y las consecuencias para nuestra salud de una mala hidratación pueden ser terribles.
A la hora de hidratarnos elegiremos agua o bebidas isotónicas (nunca refresco con gas). En el caso de que nuestra marcha vaya a ser prolongada o requiera un esfuerzo físico superior al normal y preveamos perder muchos líquidos, deberemos añadir sales a nuestra agua.
Nunca salgas al monte a practicar senderismo sin un mínimo de un litro y medio de agua, y menos aún si lo haces por la Comunidad Valenciana.
Para poder hidratarnos constantemente tendremos que elegir bien nuestro contenedor de agua, de modo que podamos transportarlo al alcance de la mano en todo momento, para poder pegar pequeños tragos de vez en cuando.
Existen múltiples soluciones para eso, desde el camelbag más sofisticado hasta la cantimplora más sencilla en un bolsillo accesible de la mochiladepósito de agua.
Yo particularmente llevo a mano siempre un depósito de medio litro a mano, y en el interior de la mochila el resto. Cuando se me acaba el líquido que llevo a mano aprovecho una de las paradas para rellenarlo.
2.- En las subidas, siempre pasos cortos.
Hay un viejo proverbio (que por supuesto, como todos los viejos proverbios se le atribuye a los chinos) que dice:
“Camina como un anciano para llegar como un joven”.
Esto no quiere decir qusubiendo con paso cortoe necesariamente tengamos que andar especialmente lentos, lo que debemos hacer es llevar un ritmo constante y al llegar a una zona de pendiente ascendente mantener el ritmo en la medida de lo posible (o bajarlo un poco) y acortar el paso; esto es algo así como el funcionamiento de las marchas de una bicicleta.
Evitad acelerar el paso en las subidas con el fin de llegar antes a la cima y que vuestro sufrimiento termine rápido (aquí no vale aquello de “señor, llévame pronto contigo”), ya que si no sabemos exactamente cuánto nos queda de ascensión es muy probable que nos agotemos antes y llegar a la cima sea casi imposible o como mínimo muy desagradable.
3.- Usa bastones.
Los bastones son económicos, pesan poco y son de gran ayuda en la montaña.
bastón de senderismoNos sirven para descargar parte del peso de nuestras articulaciones, además nos ofrecen estabilidad extra y nos ayudan a apartar alguna posible rama o planta que haya crecido cortándonos el paso en alguna senda falta de mantenimiento.
¡Pero ojo! Hay una forma correcta de coger los bastones para repartir la presión que hacemos sobre toda la mano y evitar que toda el peso recaiga sobre la muñeca.
En los descensos tendrás que alargarlos, y en las subidas acortarlos. Cuando andes en llano tu codo al sujetar el bastón deberá formar un ángulo recto.
Con tanto ajuste ya te habrás dado cuenta que lo que te interesa es hacerte con unos bastones telescópicos, cierto, pero recuerda que este tipo de bastón no soporta tanto peso como el normal, así que procura no dejar caer todo tu peso sobre ellos, o corres el riesgo de que se te cierren y sufrir un accidente.
Bastones de Paseo y Montaña
4.- Usa bota de montaña.
Ya, ya… que eso lo sabemos todos, pero aún así insisto, es mucho más seguro andar con una bota a nuestra medida por la montaña que hacerlo con otro tipo de calzado. Una bota confortable y con membrana impermeable (goretex, por ejemplo), no sólo evitará torceduras y que se nos empapen los pies en caso de lluvia o de tener que atravesar una zona encharcada, además impedirá que las piedras sueltas puedan impactarnos en el tobillo.bota de montaña
Claramente el uso de la bota nos quitará cierta movilidad, pero eso lo solucionaremos en parte con un correcto atado de los cordones.
Para los descensos ataremos firmemente la bota, intentado que el talón del pie nos quede lo más pegado a la parte trasera de la bota y que quede así un espacio libre entre la puntera de la bota y los dedos de los pies. De ese modo, evitaremos que el pie resbale hacia la parte delantera de la bota y que nuestros dedos acaben machacados en el descenso.
Para las ascensiones liberaremos la presión de la lazada en la parte alta de la bota y nos aseguraremos de llevar bien sujeto y firme el empeine. Al hacer esto recuperaremos movilidad en el tobillo, y esto nos permitirá tener más libertad de movimiento en la subida.
5.- Cambia la posición de apoyo en las subidas.
Es bastante común que tras un largo rato de ascenso nuestros músculos empiecen a acusar el esfuerzo.
Posiblemente lo notaremos primero en los gemelos, después iremos notándolo en el resto de músculos sobre los que recae el esfuerzo en ese momento.
Un truco muy sencillo y eficaz para darles un respiro a esos músculos consiste en cambiar ligeramente la posición en la que apoyamos el pie.
Si lo ladeamos un poco pondremos a trabajar un grupo muscular distinto, iremos repartiendo la carga del esfuerzo y notaremos un alivio inmediato en los músculos sobrecargados.
6.- Vístete por capas.
Claro, justo eso, como las cebollas. Eso es lo primero que te aconsejarán las más experimentadas gentes de montaña.
Evalúa a lo largo de la ruta si te sobra o te falta ropa y ponte o quítate las capas que sean necesarias.
Usa siempre prendas lo más finas posibles para evitar parecer el muñeco de Michelín, no vaya a ser que al final no quepas en la chaqueta.
Evita tejidos como el algodón, y procura usar siempre tejidos técnicos, en caso de que se mojen (lluvia, caída a un río o simplemente sudor), secan muy rápidamente… y nunca, por favor, nunca te lleves los vaqueros a la montaña, si por alguna de aquellas se te empapasen no podrías ni andar con ellos puestos.
Usa siempre prendas que no te vengan demasiado holgadas, lo mejor es ir relativamente ajustado aunque sin perder la movilidad.
Las prendas demasiado anchas tienen la mala costumbre de engancharse en todas las ramas y salientes que encontremos en el sendero.
7.- Tu mochila, siempre con sujeción lumbar.
Vale, otra cosa que todos tenemos claro, pero si me diesen un euro por cada vez que me he cruzado con alguien por la montaña con una mochila que sólo sujeta a los hombros ya no necesitaría volver a jugar a la primitiva, y creo que a vosotros os pasaría lo mismo.
Por mucho cariño que le tengamos a esa vieja mochila, ha llegado el momento de decirle adiós.
Has vivido grandes momentos con ella, incluso puede que la usases en sus tiempos de estudiante, ya ha sufrido bastante.
Usa una mochila que no sólo tenga sujeciones en los hombros, procura que tenga también apoyo en las lumbares y las caderas, y si elijes bien la mochila y la ajustas correctamente puede incluso de que te olvides de que la llevas.
Distribuye la carga en el interior de la mochila correctamente y sólo ponte a caminar, disfruta.
8.- Protégete del sol y del frío.
¿Habéis oído hablar alguna vez del efecto “chimenea”?.
El cuerpo humano genera una gran cantidad de calor cuando está activo, desprendiendo calorías, que si bien en verano y épocas de calor nos interesa que se pierda, no sucede lo mismo en invierno.
De este modo nuestro cuerpo se convierte en una auténtica estufa.
Pues os cuento, la mayor parte del calor corporal en la montaña lo perdemos por los pies y por la cabeza.
Por los pies, si usamos calcetines adecuados y una bota correcta tendremos la mitad solucionada, ya que salvo algún caso de algún deportista minimalista que se apunte a la moda de ir descalzo, todos los demás procuramos ir calzados.
Pero en cambio, hay mucha gente que no sabe que el otro punto importante por donde perdemos el calor corporal es por la cabeza, que sin gorro o sombrero queda expuesta a la intemperie.
La solución es sencilla, un gorro.
Así que no salgáis sin él en vuestras travesías invernales, además, añadid un par de guantes ligeros y podréis aguantar cuatro o cinco grados menos de temperatura, y evitaréis que el calor se escape por esa chimenea en la que os habéis convertido.
En época de calor también nos debemos proteger la cabeza, y al igual que habéis hecho con la mochila, deberíais deshaceros de esa gorra de publicidad que en tantos buenos momentos os ha acompañado (aunque sea la del los Goonies).
Usa sombrero de ala o una gorra con protección el la nuca, en ambos casos aseguraros de que tenga filtro ultravioleta (lo pone en la etiqueta), de esa manera evitarás no sólo quemarte, si no sufrir una insolación y un posible golpe de calor.
En ambos casos, al igual que sucede con la deshidratación, las consecuencias pueden ser gravísimas.
Ponte protección solar siempre, la radiación ultravioleta es más incisiva en la montaña, y además llevar la piel hidratada evitará que se te corte y agriete con el viento y el frío invernal, además retrasarás el envejecimiento de la misma.
9.- Energía instantánea siempre a mano.
“Vale, lo he probado todo, la subida es interminable, llevo los bastones, me he hidratado, estoy dando pasos cortos y cambiando el apoyo en cada uno de ellos, llevo la parte alta de la bota suelta, mi sombrero me protege del sol, parezco un mimo con toda la cara blanca por la crema protectora y mi mochila esta sujeta, equilibrada y firme, pero ya no puedo más…”
Eso también nos ha pasado a todos, es el momento de meternos una dosis extra de energía, llevar siempre a mano frutos secos, barritas energéticas o como llevaba mi amigo Juan.
Unos higos secos (yo particularmente no soy nada partidario de los geles para la práctica del senderismo, no somos corredores de montaña ni nuestros consumos metabólicos se parecen ni de lejos, aunque allá cada cual).
Un aporte extra de glucosa de rápida asimilación os permitirá aguantar ese “poquito más”, que nos han dicho que falta.
Eso sí, a mano significa eso, a mano, en un bolsillo o donde queráis, pero al igual que pasa con la hidratación, que no tengáis que quitaros la mochila para alcanzar vuestro aporte extra de energía.
10.- Que tus paradas no sean eternas ni tus comidas copiosas.
Si, detente, disfruta de las vistas, del paisaje, respira profundamente, pero no te pares constantemente y cuando lo hagas para almorzar o comer que estas paradas no vayan más allá de los 15 ó 20 minutos.
Procura no comer en exceso, es mejor que tomes la cantidad justa, procura llevar fruta y no sólo bocadillos de tortilla. La fruta nos dará un aporte de azúcar y de hidratación que nos vendrá de cine.
Si comemos mucha cantidad, comida muy pesada y además nos quedamos quietos mucho tiempo, cuando queramos retomar la marcha nos costará la vida, y en lugar de disfrutar de la montaña lo que haremos será sufrirla.
Existen miles de consejos y tips más, pero de todos los “truquillos” que conozco, estos es son mi “top ten” particular.
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