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Josep de Marti, 23/05/2011

Josep de Martí Vallès • Licenciado en Derecho y director de www.inforesidencias.com

Si hoy los mayores representan el 17% de la población, dentro de poco -unos treinta años- llegarán al 30%, asegura Josep de Martí. Y para abordar esta situación no existe experiencia anterior porque es algo que se dará por primera vez en la Historia. En las décadas de los 50 y 60, en España más tarde, hubo desequilibrios poblacionales pero hacia la juventud. Por eso este experto considera importante estar preparados para el futuro. 
¿Cómo afecta a la sociedad el hecho de que su población esté envejecida?
Esto va a suponer un ataque bestial al sistema de protección social, porque está pensado cuando no se imaginaba que la pirámide de población se iba a invertir. Pero es que aunque tomemos medidas dolorosas es muy difícil evitar que el sistema se rompa, porque no solo aumenta el número de personas mayores sino que disminuye el de niños. Llegaremos a un momento con mucha tensión y los mayores votarán y es posible que representen el peso electoral más importante. La duda sobre lo que puede marcar el futuro es si los mayores votarán como tales, intentando mantener sus derechos, o entenderán que la cosa debe cambiar. Por ejemplo, este colectivo puede agruparse en partidos políticos que generen rechazo en los jóvenes. 
Entonces, ¿los mayores podrían protagonizar en solitario movimientos sociales como los que se viven ahora?
Sí, pero silenciosos porque solo se limitarían a votar. Imagina que a los jóvenes que ahora están en la Puerta del Sol se les quedan mirando 100.000 mayores con el pensamiento de que ya nos veremos en las urnas. Al final los primeros piensan que hay que gastar dinero en formación o medio ambiente, y los mayores lo máximo en pensiones. Pero hay que tener en cuenta que a estos mayores, que quizás se organicen, es a los que les debemos el sistema de bienestar. Un filósofo alemán plantea que los que hoy somos de la generación del baby-boom es muy probable que nuestros hijos nos pidan que nos suicidemos cuando lleguemos a una edad y seamos muchos. Es una provocación, pero hay que pensar en el futuro.
¿Y ese futuro pasa por aumentar la edad de jubilación?
Dentro de unos años el problema va a ser la escasez de mano de obra. Y no es que yo lo diga, sino que está en los datos estadísticos de España y de la Unión Europea. Sabemos que la tendencia será esa.
O sea, ¿que más que una opción es una necesidad?
Hoy mismo lo vemos como una opción porque lo estamos vinculando a la jubilación, al derecho de cobrar una pensión y a si la Seguridad Social podrá o no pagarlas. Pero dentro de unos años diremos que no podemos permitirnos que todas esas personas estén sin trabajar porque el sistema productivo las necesita. Además, no solo cada vez viviremos más años sino que la edad en la que empezaremos a ser dependientes se va ir retrasando. Cuando los mayores sean el 30% de la población ya no se pensará en que se hacen productos específicos sino que todo lo que se haga será para ellos porque representan a la mayoría. 
¿Está cambiando la percepción de los jóvenes y los mayores? ¿Por qué ahora hablamos de un joven de 40 años?
Sí. Hay un fenómeno que alguien ha bautizado como el ‘adultescente’ (adulto-adolescente) que es el chico de 30 años que vive con sus padres y tiene unos patrones de comportamiento que en muchos aspectos coincide con los de alguien de 15 años. Con esto ya vemos que se están produciendo cambios, como el de los abuelos-esclavos que cuidan a los nietos. Y otro del que casi no nos hemos dado cuenta que es el de la ruptura de la brecha tecnológica entre personas mayores. Si hace 15 años hubiésemos preguntado a la gente si las personas de 80 utilizarían el móvil, seguro que la mayoría hubiera dicho que no. 
Vamos, que los mayores se adaptan más rápidamente a la sociedad que ésta a ellos.
Digamos que hay como una contaminación mutua. Todo va cambiando porque el envejecimiento es trasversal. 
¿Y qué ocurre con las comunidades más envejecidas, como es el caso de Castilla y León?
Castilla y León tiene dos problemas; es la primera o segunda región más envejecida y tiene otro factor añadido que es la dispersión geográfica. Cuidar a estas personas es especialmente caro para la administración y además se corre el riesgo de que muchas de ellas puede que sean los últimos habitantes de unas determinadas zonas. 
¿Se envejece mejor en la ciudad o en el pueblo?
Es difícil de saber. Cada uno envejece bien en su entorno y allí donde ha vivido bien. 
¿Y lo llevan mejor las mujeres o los hombres?
Las mujeres viven más años, mejor o peor es algo relativo. Lo que sí que es cierto es que la mujer ‘tradicional’, aquella que no ha trabajado fuera de casa, tiene algo positivo y es que el envejecimiento no le hace cambiar de rol. Mientras que el hombre ‘tradicional’, el proveedor, vive la jubilación como una pérdida de rol y de importancia social. Y esa persona que en su casa era el rey pasa a ser el bulto, porque la mujer sigue teniendo su función. Aquellas personas que su trabajo ha sido una parte muy importante de su vida envejecer peor, sean hombres o mujeres.    

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