La Osteoporisis…Una Enfermedad Silenciosa

A lo largo de la jornada se abordaron tres aspectos básicos de la enfermedad, los relacionados con la genética, con la postura y con las causas de las fracturas.

Según explica el profesor Luis Pablo Rodríguez Rodríguez, catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, «debido a su gran incidencia, la osteoporosis constituye en estos momentos un grave problema sanitario, que aumenta cada vez más debido al envejecimiento progresivo de la población en nuestro país. El desequilibrio orgánico en la remodelación del tejido óseo, que ocasiona la osteoporosis, tiene un origen multifactorial, por lo que la prevención y el tratamiento ha de incidir, tanto en los componentes ambientales como en los corporales».

La osteoporosis es una enfermedad grave, crónica y progresiva, a la vez que silenciosa por la ausencia de síntomas, ya que sólo da la cara cuando se produce una fractura. Junto a la edad, la menopausia es otro factor desencadenante y/o acelerador de esta patología, que produce en España alrededor de 90.000 fracturas de cadera y 500.000 fracturas vertebrales cada año.

Para el profesor Francisco Forriol, vicepresidente de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT) y catedrático de Cirugía Ortopédica de la Universidad San Pablo CEU de Madrid, «las fracturas son el principal problema, siendo más frecuentes en mujeres de bajo peso, y que suelen ocurrir al dar un mal paso o por caídas, por ejemplo, al salir de la ducha.

Las más comunes son las de cadera, fundamentalmente las del cuello de fémur y las de muñeca, pero sin duda, las que más preocupan por sus consecuencias son las fracturas vertebrales, que se producen de manera más progresiva y que al final acaban dañando aún más la columna vertebral».

Las fracturas por osteoporosis tienen un impacto sanitario y económico de primera magnitud en los países desarrollados, tanto por lo que supone en términos de pérdida de calidad de vida (sobre todo la de cadera), como por el coste económico que conlleva. «De hecho», asegura el profesor Rodríguez, «las fracturas ligadas a esta enfermedad motivan una ocupación de camas hospitalarias que es superior a la de los accidentes cerebrovasculares, el cáncer de mama o el infarto de miocardio».

Por todos estos motivos, la prevención debe comenzar antes de que llegue la  menopausia, llevando por ejemplo una dieta rica en calcio y vitamina D. «Resulta fundamental para mantener unos huesos fuertes, así como evitar el tabaco y el alcohol, tomar el sol de manera natural mientras se pasea, y realizar ejercicio físico con regularidad y adaptado a las características de cada persona.

De todos modos, cuando los huesos están frágiles a causa de la osteoporosis es complicado evitar las caídas», afirma el profesor Forriol.

En este sentido, la detección precoz de la enfermedad es fundamental  para empezar a tratarla cuanto antes, si bien, según indica este experto «hasta que no se ha perdido un 30% de la masa ósea, la osteoporosis no se detecta bien.

El diagnóstico se realiza mediante una densitometría ósea, que es una sencilla prueba, no dolorosa, que nos informa de la configuración de la masa ósea del paciente. Sin embargo, los datos que aporta no son suficientes para validar los resultados de un tratamiento inmediatamente, sino que hay que esperar un largo periodo de tiempo».

Cuando la enfermedad es diagnosticada, junto con las medidas preventivas, existe una gran variedad de tratamientos farmacológicos. «Actualmente contamos con nuevos medicamentos que nos ayudan a mejorar significativamente su tratamiento.

Sin embargo, el reto es estudiar cómo estos tratamientos actúan en la preservación del hueso para poder valorar el más coste-eficaz», concluye Forriol.