Todos conocemos o hemos oído alguna vez la palabra Alzheimer. VIDEO
Seguro que alguna vez en reuniones con amigos o familiares hemos sido cómplices de comentarios o anécdotas de personas que han tenido cerca a un familiar con Alzheimer.
¿Pero sabemos o conocemos realmente lo que es? ¿Nos hemos parado a pensar lo que tendríamos que hacer en el caso de tener bajo nuestra responsabilidad a una persona que sufra la enfermedad?
En este blog os vamos a explicar muy claramente 3 cosas básicas que hay que tener en cuenta para una buena actuación frente a los cuidados de una persona con Alzheimer.
1. Conocer la enfermedad
La enfermedad de Alzheimer a pesar de los estudios que se están haciendo sabemos que de momento no hay cura. Siempre se dice que si no puedes vencer al enemigo es bueno unirse a él.
Por ese motivo es bueno conocer muy bien las etapas de la enfermedad y cómo debemos actuar correctamente ante ellas.
Todo ello con el fundamento de crear un ambiente cómodo y confortable para el usuario y los que le rodean con ayudas técnicas o productos de apoyo.
Trataremos de explicar de forma sencilla los síntomas de cada etapa. Que es lo principal que debemos saber para practicar un buen cuidado al enfermo.
¿Qué es el Alzheimer?
Es una enfermedad neurodegenerativa, que a lo largo de sus fases provoca alteraciones en las funciones neurológicas como: la memoria, el lenguaje, la orientación espacial. A esto se unen también problemas emocionales y de conducta. Y en la última etapa se verá afectado también el sistema motor.
Principalmente el Alzheimer lo diagnostica un Neurólogo (un médico especialista en trastornos cerebrales) o un Geriatra (un médico especialista en personas mayores).
El médico tras ver posibles síntomas y revisando el historial médico y antecedentes familiares realizarán varias pruebas relevantes para confirmar y dar el diagnóstico del Alzheimer.
Etapas de la enfermedad:
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Primera fase de alzheimer o fase leve:
En esta primera que suele durar unos 3 años la persona olvida eventos recientes. Puede olvidar lo que ha comido pasados 15 minutos. La memoria en tiempo y espacio se ve afectada.
Empieza a notar una desorientación de lo que le rodea: no sabe llegar a lugares que conoce como la peluquería o no sabe llegar a su casa.
También iniciará con disminución en la concentración. Esto le causa cambios de humor, falta de interés por hacer cosas, causando depresión o apatía. Y desencadenando también ansiedad, inquietud y agitación.
A pesar de esto aún será capaz de mantener una conversación y también conservará las habilidades motoras y de percepción.
Importante a tener en cuenta en primera fase:
Fallos en memoria reciente, cambios de comportamiento, desorientación, agresividad , falta de concentración.
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Segunda fase del alzheimer o fase moderada
Aquí empieza a fallar todo lo relacionado con la memoria. También dura unos 3 años. Principalmente tienen problemas para expresarse y hacerse entender. La persona no puede ni sabe vestirse, ni cómo usar los cubiertos. Pierde también capacidad de reconocer a las personas con las que vive. En esta etapa se vuelve plenamente dependiente de un cuidador.
Importante a recordar en la segunda fase:
Pérdida de memoria, repetición de actos, no reconoce a familiares, alteración en la lucidez y confusión mental, agresividad, dependencia del cuidador.
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Tercera fase del alzheimer o fase grave
Finalmente en la última etapa se ve una amplia afectación de todas las capacidades intelectuales. También se acentúa la rigidez muscular poniendo resistencia a movilizaciones y cambios de postura. El enfermo de Alzheimer ya no reconoce a sus familiares incluso no puede reconocer su rostro frente un espejo.
En esta etapa también está la incontinencia urinaria y fecal. Suelen tener cierta pérdida de respuesta al dolor. En general se vuelven totalmente dependientes en las actividades básicas de la vida diaria, hasta el punto de terminar encamadas.
Importante a recordar en la tercera:
Dependencia física total, pérdida de capacidad del habla, falta de reconocimiento de su propio rostro, incontinencia, alimentación asistida.
Ahora que ya conocemos un poco más las etapas y síntomas de la enfermedad. Nos concentraremos en el modo de actuación hacia el enfermo y su cuidador de alzheimer.
2. Cómo cuidar bien a una persona con Alzheimer
Tenemos que ser muy sensibles y receptivos frente a los síntomas que veamos en la persona diagnosticada de alzheimer.
Nuestro padre o madre sufrirá un deterioro cognitivo, pérdida intelectual, pérdida de atención y de percepción junto a posibles y crecientes alteraciones en la conducta como agresividad…
¿Qué deberemos hacer para actuar bien en su relación y cuidados a domicilio o residencias de mayores?
- Primero de todo armarnos de valor y mucha paciencia. Controlando siempre nuestras emociones frente al enfermo.
- Transmitir tranquilidad y seguridad hacia el enfermo nos ayudará muchísimo a poder afrontar pequeños proyectos de ayuda.
- Es importante implicarnos todos los familiares y seguir una misma pauta de actuación.
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En las primeras etapas. Es interesante para el enfermo permanecer en un mismo lugar y si es posible en su casa. Evitaremos reforzar los episodios de desorientación.
- Elegir para el cuidado a domicilio del enfermo cambios periódicos de domicilio agravará episodios de desorientación.
- Deberemos crear un ambiente adaptado al enfermo en cada una de las fases descritas. El adaptar su entorno nos ayudará a cuidarlos mejor y también a reforzar su autonomía.
- Cogeremos como regla de oro no llevarle la contraria (aunque sepamos que no tiene lógica su opinión). Ante la típica expresión me han robado la camisa. Le calmaremos y apoyaremos en buscar más tarde.
- Tampoco le exigiremos más de lo que hasta pueda llegar en cada momento de la enfermedad de Alzheimer. Debemos ser conscientes de que ya no es la misma persona que era ante ciertos comportamientos.
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Es duro si el caso es cercano como puede ser un padre o una madre. Pero deberemos ser conscientes de que los cambios de actitud y comportamiento no son voluntarios. Son síntomas de la enfermedad de alzheimer.
- En las primeras fases de la enfermedad mantener al enfermo en lugares que reconoce y practicando rutinas facilitaremos el trabajo creando armonía.
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Si somos el cuidador principal deberemos actuar de una forma correcta no dando más ni menos de lo que podamos ofrecer para un buen cuidado. Todo esto en beneficio nuestro y del enfermo de alzheimer.
- También hay que tener en cuenta desde un principio el tomar el apoyo con profesionales que pueden ayudarnos a marcar un buen camino de actuación para afrontar cada etapa de la enfermedad.
- Es muy positivo en la primera etapa los cuidados en el domicilio. Pero en fases más avanzadas o determinados momentos, no descartaremos el buscar ayuda en centros de apoyo e institucionalizados y especializados en los cuidados de alzheimer.
- El tomar la opción y elegir una residencia no es abandonar a tu ser querido. Podemos seguir visitando al enfermo diariamente y no perder nunca el contacto con el enfermo y con el personal del centro informándonos de la evolución de la enfermedad.
- El tomar la decisión de seguir en casa también es posible y será bueno desde un principio estudiar la situación y ver que sea viable adaptando el domicilio si es necesario. Y contar con ayuda de profesionales.
3. Cuidados para el cuidador de alzheimer
Hay enfermos en los que las tres etapas del Alzheimer son más llevaderas. Los episodios de agresividad son escasos y domina la sumisión.
También hay otras personas enfermas que desde un principio son muy difíciles de cuidar. Su falta de memoria, desorientación, agresividad, depresión y total descontrol dificultan el buen cuidado.
Por eso deberemos medir siempre si la atención que estamos ofreciendo es la correcta para el enfermo de Alzheimer y para el cuidador.
Deberemos tener en cuenta en sus cuidados:
- Antes de tomar una decisión hacia los cuidados de ayuda a domicilio es bueno ver la fase en la que está el enfermo y analizar posibles actuaciones que se puedan tomar.
- El tener las ideas claras de cómo debemos cuidar ayudará en la organización hacia el cuidador.
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Adaptar el hogar con ayudas técnicas o productos de apoyo es positivo para reforzar autonomía y para facilitar el trabajo al cuidador.
- No hay que sobrecargar al cuidador. Lo importante es mantener una rutina y estabilidad del día a día. Sobrecargando al cuidador podemos romper la rutina y obligar a un cambio. Y los cambios son sin duda lo peor que puede haber para el enfermo.
- Establecer horarios para las comidas, para levantarse y acostarse, para salir a pasear, para desconectar. Es la mejor medida a tomar para organizar el buen cuidado del enfermo y el cuidador.
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No es bueno aguantar si vemos que la atención que estamos dando al enfermo no es buena.
- Ir un paso delante de cada situación y momento nos ayudará a crear estabilidad y confort en el cuidado del enfermo.
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Deberemos actuar buscando soluciones. Lo haremos viendo y contrastando el gran abanico de ofertas que nos da el mercado y elegir la que se adapte mejor a nuestra situación y momento.
- Siendo el cuidador deberemos actuar de una forma correcta no dando más ni menos de lo que podamos ofrecer para un buen cuidado. Todo esto en beneficio nuestro y del enfermo de alzheimer.
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Dedicaremos cada día tiempo para nosotros mismos, los cuidadores. Desconectando de la rutina y concentración que hay en los cuidados de Alzheimer.
- Es fácil que el cuidador se implique tanto que le afecte emocionalmente la enfermedad. Deberemos ser fuertes y aprender a controlar emociones y momentos que nos puedan afectar negativamente.
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Formando un buen equipo y teniendo buena relación y comunicación entre familiares, cuidadores, enfermeros, terapeutas… haremos que toda la evolución de la enfermedad transcurra de la mejor forma. Creando así una nueva y buena forma de vida al enfermo.